El Mundo 29-IV- 15
¿Que ha querido contar con ‘Pingüinas’?
F Arrabal.- Creo que nunca quise contar nada. En este caso intenté cervantizarme. (Como con Simon Leys o el barón Francis Bacon). Transformar la inocencia del ángel deslumbrado, en discurso del verbo. E incluso en bucear en el saber del profeta. Cada lectura de Cervantes me obsesiona aún más. El amor e incluso la admiración es una experiencia salvaje únicamente cuando provoca conceptos inesperados. El error me hace volver a la Naturaleza. A Ciudad Rodrigo y a Melilla. Hace casi 70 años recibí el primer impacto cervantino. (Poco después de ganar , sin mérito alguno, el concurso de « superdotados »). El adolescente absurdamente premiado sintió ser una soga tendida entre el animal y lo que se quería que yo fuera: Una soga sobre un abismo. La vida y la obra de Cervantes brillaba, sin esos abismos, con otras constantes y renovaciones. Tuve la suerte de aprender mucho del « doctorado de Estado » de mi mujer . ¡Duró 30 años! (un record que ya no puede renovarse; la Sorbona ahora no permite « semejante pérdida de tiempo »). Y yo mismo escribí humildemente otra biografía de los primeros años de Cervantes: « Un esclavo llamado Cervantes ». En realidad tengo una relación ilógica con todas las cosas. He leído y releído a muchos de los cervantistas como a Gregorio Mayáns y Siscar. A Vicente de los Ríos: si la mirada bastara para matar, él ya habría muerto antes del tiempo. A Manuel José Quintana. A Martín Fernández de Navarrete: fue mejor escritor porque se avergonzaba de serlo. AW.H. Prescott. A J.F. Kelly. A Alfred Morel-Fatio. Algunos piensan que lo único que hizo Cervantes con el Quijote fue ensartar citas una detrás de otra. Y por fin al, desgraciadamente insuperable, (y fascista -no franquista-) Luis Astrana Marín. Compré los siete volúmenes de su obra gigante y monumental (creo que fue en 1960). Luego leí con gusto a Rosa Rossi, Emilio Sola, Franco Meregalli. Todo axioma deriva de un concepto riguroso nacido en la confusión. Y especialmente a Martín de Riquer: tuve el honor inmerecido de que me aplaudiera con una sola mano (él sí que fue manco) en la conferencia final de 1988 del primer Congreso Internacional de cervantistas en Alcalá de Henares. Poco después Kundera, generosísimo, como de costumbre, dijo « Arrabal lleva la estrella de Cervantes , con la luminosa claridad de la sinrazón ». Y para colmo afirmó que « yo expreso la misma revelación que Cervantes ». Obviamente con sus palabras Kundera señala su propio genio. Cómo saber si el mar se retira o vuelve.
¿Por qué reivindicar a las mujeres de Cervantes?
FA.- Fueron mujeres de aventura, de sorpresa hasta la extravagancia o el arrebato místico. Una comunidad femenina puede fundamentar axiomas religiosos gracias a una metafísica ambigua. Todos los compañeros de estas mujeres se convirtieron en malhechores. Especialmente el hijo del cardenal Mendoza. Ellas encarnaron la libertad. El valor supremo de la obra de Cervantes. Fueron valientes, tremendas, de armas tomar. Cuanto más se elevaron , más pequeños parecieron sus genitores sin saben volar. Intuyeron que solamente la aventura arriesgada del amor desinteresado engendra el pensamiento asombroso.
¿Qué ha significado el Quijote y Cervantes en la vida de Fernando Arrabal?
FA.- Fue y es el enigma de la ambigüedad; yo prefiero llamarlo confusión. O mejor aun el rigor matemático de la confusión. El perspectivismo de Cervantes es una de sus facetas. Por eso incluso frente a los colosos
+ o – de su tiempo (Gracián, Montaigne y el casi mirobrigense Spinoza) él es el mas sutil. Con su lógica neutral la ciencia es locura. Reía de todo (piensa Nabokov) pero no de cualquiera
¿Qué le sugiere esa investigación para encontrar los huesos de Cervantes?
FA.- Es como querer agarrar la sombra de la presa que se persigue. Más vale la liebre y el conejo. Dios creó el aquàrium ¿antes que los peces ? No (respondió Zaratustra), yo no doy limosna. No soy lo bastante pobre como para dar limosna. Cervantes creyó con Cicerón que « allá donde se encuentran mis testículos está la libertad ». El político fiel nunca cambia de signo de zodíaco.
¿Qué sintió cuando Juan Carlos Pérez de la Fuente le llamó con este encargo?
FA.- Honrado. Me permitía tratar una vez más la esencia misteriosa de la obra cervantina. Los hombres cervantinos buscan el peligro y el juego. Por ello quieren a la mujer: el más peligroso de los juegos. Frente a ellos el justo desea morir de amor. Yo mismo deseo morir de amor . Salvo el vicio lo más excitante es la virtud
¿El texto es deliberadamente oscuro y surrealista. ¿Cree que funcionará la puesta en escena?
FA.- La demencia surrealista (espectacular o no) tiene poco que ver con la locura del Quijote. La gran oportunidad escénica esta al alcance de todos y de ninguno. La veleta egocéntrica está segura de hacer girar al viento. Funcionar es el deseo del funcionario, del sentado. Solo encontramos tumbas donde existen resurrecciones
¿Por qué no da indicaciones al director sobre el juego escénico? ¿No le gusta intervenir en esa parte del proceso de creación?
FA.- Yo creo que es la obra en que más indicaciones he dado. Comienza con doce páginas sin palabras. El dramaturgo siempre prefiere ser deslumbrado. Las hienas a fuerza de comer a sus mamás se vuelven huérfanas. He intervenido en mis siete largo-metrajes y en una docena de mis obras. Hoy la ciencia y el ajedrez no me permitirían pasar meses siendo 100% director de escena o de film. Un paradigma con ojos-revólver
¿No creo que hoy nadie se escandalice de eso, pero por curiosidad: ¿por qué hacer lesbianas a las Pingüinas?
FA.- Desde el origen el poeta pensó que la mujer es el porvenir del hombre. Todos, repito, queremos morir de amor. La lesbiana subraya el aspecto libertario -y antiguo- de la obra. A Baudelaire le prohibieron que llamara a sus « Flores del Mal » « Las lesbianas ». Los remordimientos no enseñan a llorar, sino a orinar. En realidad nadie dijo al hombre mas hermoso que era un hombre-fuente.
¿Se siente bien tratado por el público y la crítica de teatro en España?
FA.- En todas partes me distraen las críticas y el público que me toca. Obviamente. Pero no sería quien soy si no fuera por ciertos de mis inolvidables comentadores. Debo decir que la colección impresionante e inmerecida de mis premios (y considerando mi edad)… ganar (por ejemplo) el Cervantes o no ganarlo es la misma clase de rareza. Lo peligroso no es la altura sino la pendiente. Si se cortan los brazos de los que tienen fiebre la temperatura no baja.
Parece que, después de un tiempo sin programarse sus obras, está volviendo a verse a Arrabal en los teatros españoles. ¿Ya está el público maduro y preparado para ver su teatro? ¿O tal vez era el miedo de los programadores ante algo que quizá ellos (no el público) no entendían?
FA.- Sin embargo es cómodo, para escribir libremente, que algunos mandamases le juzguen a uno como el pelele estrafalario que no es, o el cretino provocador que aun es menos. Antes de inventar las elecciones, las hormigas elegían la reina al Strip Poker.