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autre arrabalesque: …les hyènes à force de manger leurs mamans deviennent orphelines
otro arrabalesco: …las hienas a fuerza de comer a sus mamás se vuelven huérfanas
« Cementerio de automóviles »
de Fernando Arrabal
Asuncion (Paraguay)
dirección de Nelson Arce
Pire Porã Teatro,
ENTORNOINTELIGENTE.COM / La Nacion /La propuesta de Pire Porã Teatro −bajo la dirección general de Nelson Arce− captura la esencia del teatro pre−pánico del autor español Fernando Arrabal. El texto −que data de 1959 y que algunos estudiosos clasifican dentro del « absurdo »− se convierte en un paseo complejo por el retrato de una sociedad que se automatiza, se vende, se pierde y se vuelve una caricatura de sí misma. La propuesta visual bien desarrollada (tanto en el vestuario y caracterización de los personajes, como en la escenografía de Pilar Moreno y el diseño gráfico de Natalia Cálcena) se convierte en el recipiente contenedor de un universo repleto de música, de intervenciones sonoras y acciones físicas. La estimulación sensorial permanente permite crear un entorno caótico para la existencia de estos seres que es −sin embargo− rutinaria e igual. La sobrevivencia y el castigo para los que se salen de « rango »; las relaciones dependientes y abusivas; la búsqueda del provecho personal y la carencia de sueños ( o el exceso de ellos) tienen su momento de exposición dentro de la pieza que con un gesto de inocente brutalidad desnuda el funcionamiento de la maquinaria de control social. Actuaciones acertadas permiten completar el cuadro. Sobresalen Natalia Cálcena con una Dila magnífica que muestra con belleza a quien elige soñar con el que sueña, aunque no muera con él; y Luis Zorrilla que encarna con gran humanidad a un Emanu mesías−hombre−marginal−forajido−víctima de una sociedad que lo venera, lo persigue, lo excluye y finalmente lo erradica. Natalia Alvarenga como Lasca y Luis Gutiérrez como Tiosido, conforman un dúo estrafalario de guardias−amantes empeñados en la inútil tarea de romper un récord. Rolfi Gómez como Foder y Félix Medina como Topé, (una suerte de Judas y Pedro) apóstoles y compañeros de Emanu despeñan con eficacia sus roles actorales y musicales. Víctor Sosa, con un grandilocuente Milos, representa la esquizofrenia del servil que disfruta de la humillación a la que son sometidos los demás. El código utilizado por Arrabal para esta obra que ya tiene varias décadas puede resultar ajeno o distante; pero el trabajo del grupo humano que conforma tanto el elenco como la parte técnica y la mirada despierta de Nelson Arce como director logran un espectáculo sorprendente y acabado. « Cementerio de Automóviles » encuentra −gracias a la pasión evidente de quienes lo hace− el mejor canal para llegar al público, el del arte que se entrega genuinamente.
−Topé: ¿Y nadie puede matar sin que le pase nada?
−Emanu: Claro que sí. Todo está muy bien organizado. Hay una forma, pero hay que estudiar mucho.
− Topé: ¿Cómo?
−Emanu: Haciéndose juez.
−Topé: ¿Y ganan tanto dinero como los criminales?
−Emanu: Sí, mucho.
Este fragmento de texto pertenece a la obra en el Espacio Cultural Tierra sin Mal.
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