autre arrabalesque : « … les docteurs de la Nouvelle Économie devraient porter au front la date limite d’utilisation comme les yaourts… (…los doctores de la Nueva Economía deberían llevar en la frente una fecha límite de utilización como los yogures) ».
FERNANDO ARRABAL
por Cristina Fanjul 13/05/2012 Diario:
Brillante, ingenioso, genial, cervantino… Fernando Arrabal es actualidad siempre, por encima de su notoriedad mediática y al margen de sus novedades literarias
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Por qué esta época resulta tan aburrida?
—Es la más entretenida que conozco… en clave de fa.
—¿Confiamos demasiado en la física y nada en la patafísica?
—La patafísica es la ciencia. Y punto. (Como ciencia de soluciones imaginarias es fruto de la memoria… hasta la pesadilla. )
—¿No cree que a los jóvenes del 15M les falta talento y les sobra gravedad?
—Y… o viceversa. Son los ancianos donjuanes los que van de caspa caída
—¿Cuál es el camino para encontrar la luna en el alma?
—De espaldas. El culo es la luna del enamorado.
—¿Quién ha sido su doctor Misha?
—Los doctores deberían llevar en la frente una fecha límite como los yogures.
—¿Qué le molesta más? ¿Los mandamás o los piensamenos?
—Ambos pintan acuarelas con preciosos logaritmos… pero imprecisos .
—¿De qué calaveras ha bebido?
—Como los demás. De los que me han tocado de cerca.
—¿Qué le dijo, espectralmente, la dama de colores…?
—…Como es una barriobajera solo sabe expresarse desde los arrabales de la memoria…
—¿Tiene algún Yorick en el armario de la imaginación?
—Como la imaginación es la fusión de recuerdos hasta la confusión, ni Shakespeare ni yo guardamos algo en los armarios…
—¿Cómo es una reunión en la que Arrabal oficia entre Houellebecq y Kundera?
—Está por llegar; hasta hoy nadie ha oficiado… Si se oficiara en estas reuniones tendríamos silicosis.
—¿Podría estar yo presente?
—Sería un placer que usted viniera con sus amantes y su director espiritual.
—¿Por qué todo se ha vuelto tan banal?
—La confusión lo ha vuelto tan interesante e inesperado… aún en zeitnot.
—¿Será el siglo XXI el siglo de la irrelevancia?
—El tercer milenio no podía comenzar mejor que con este XXI… Nos acostumbramos a todo, incluso al mal; es la raíz trágica de la vida
—¿Cómo podría librarme de la opresión?
—Como nuestro mayores de las diversas inquisiciones… a tumba abierta
—¿Sólo los niños saben qué notas tocar?
—Los superdotados como Mozart o Hou Yifan suplicaron : «que depositen las armas… pero sobre todo los txistus».
—¿A qué jugarían hoy el arquitecto y el emperador?
—Son tan excepcionales que no se sodomizarían… ni para darle gusto al loro mimo de Goya.
—¿Es justo no sentirse culpable?
—Justo y necesario como el casco del kamikaze.
—¿El tiempo es rotatorio, trabaja en espiral?
—Porque lo es, en espiral, pronto viajaremos en él. Pero sin slip, no vayan a pensar los otros que llevamos vendajes.
—¿Ideó con Guy Debord alguna situación que pudiera salvar al mundo?
—Aunque Guy Debord estaba casi siempre borracho (y el resto del tiempo muy bebido) nunca, que yo sepa, tuvo tan obtusa idea.
—¿Qué hacer con quienes tratan de salvarnos?
—Oídos sordos, como mis pajaritas.
—¿Qué debemos hacer para llegar a intuir la realidad?
—Intuirla está a nuestro alcance, pero comprenderla engendraría problemas insolubles.
—¿Sigue siendo España una democracia diferente?
—Si no fuera diferente (y hasta confusa) no sería. El don de lágrimas nos permite deshacernos en llanto.
—¿Qué fue Jeff Koons exponiendo en Versalles?
—Vi un Velázquez (¿auténtico?) en su estudio que dejó a Pinocho con un palmo de narices.
—¿Por qué todos le preguntan sin leer sus obras?
—La fama es un trozo de nada que se agarra al vuelo sin saber por qué.
—¿Qué tal ‘Levántate y sueña’ como lema para una nueva revolución?
—¿O levántate y repta? Los hay que aman las nuevas revoluciones a cara o cruz.
—¿Sigue Jonás dentro de la ballena?
—La ballena con su cura de adelgazamiento… se llama va—llena
—¿Todos somos Hildegart?
—Las superdotadas en vez de senos tienen alas, en cuanto me besan planeo.
—¿Su lema, ahora?
—«Credo quia confusum» : lo creo porque es confuso…
Amén.
Y pusieron esposas en las flores…
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El día que me convertí en Arrabal
13/05/2012
Casi nadie ha leído a Fernando Arrabal. Le conocen por sus apariciones televisivas, en las que juega a travestirse y adopta una personalidad a medio camino de Hugo Ball y Antonin Artaud. El problema es que casi nadie sabe ya qué fue Dadá y cada vez son menos los que se interesan por lo que subyace al teatro de la crueldad. Para conocer la obra que se esconde —como si de un arcano se tratara— detrás del personaje, basta leer una sola de sus obras. Podría ser La hija de King Kong, en la que Fernando Arrabal desarrolla de manera magistral la mayoría de los temas que despliega en su creación teatral. Como un rosario de estrellas, la novela entronca con los clásicos, y su protagonista —una inclusera, trasunto del propio Arrabal— habita el traje de Don Quijote. «La muerte avivaba en mí el ansia de muerte, pero el recuerdo de la vida de Cervantes estimulaba en mí el ansia de la vida». Cervantes, el recuerdo de la injusticia, de todos los que padecen y seguirán haciéndolo… hasta la eternidad: «Con la luna en el alma, íbamos hacia el firmamento». Y el recuerdo del padre desaparecido. Buscando al hombre —como en la novela de Camus— y buscándose a sí mismo. El recuerdo del padre puede verse en gran parte de sus obras, como Picnic, Y pusieron esposas en las flores o la película El árbol de Guernica.
Y la confusión, la certeza de que el caos es lo único inmutable, y los místicos, esa fuerza en torno a la cual giran muchas de sus creaciones. «Para mí el teatro sigue siendo una ceremonia: es un banquete sacrílego y sagrado, erótico y místico, que abarcaría todas las facetas de la vida, incluyendo la muerte, en el que el humor y la poesía, la fascinación por el mito de la vida y el pánico serían uno». Al hablar así, Arrabal está reconociendo que la realidad es una lucha interna, un lugar extraño del que los personajes tratan de huir. «Lo creo porque es confuso», dice el escritor en la entrevista, y es en es espacio, en el que aventura a sus personajes. Amor, esclavitud, prostitución, ajedrez, matemáticas, música, marginalidad, ángel fieramente humano… Arrabal.