« … jueves 4 de marzo de 2010… http://elotromundodebogart.blogspot.com/2010/03/fernando-arrabal.html …Fernando Arrabal… Creo que esta puede ser la entrada más complicada que vaya a escribir. Hablar de las cosas que le ocurren o le han ocurrido a uno es relativamente sencillo, basta con describir elementos físicos y situaciones, pero relatar de sentimientos y sobre todo, de sentimientos confusos, es mucho más complicado. En esta entrada luchan por hacerse notar varios empujones que siento en el alma cuando veo cosas como la que les muestro al final. Quedarse con lo que aparece a primera vista sería mundano e incluso me atrevería a decir que vulgar. Ya les digo, describir estos vaivenes del espíritu es, ciertamente complejo. Para mi, éste de Fernadno Arrabal, es un momento estelar, un ejemplo de lo que un sabio ha de ser capaz de hacer, el ser sublime en la locura. Este instante significa, a mis ojos, el culmen de una vida. Entiéndaseme, estar rodeado de eruditos, completamente trompa, mandar callar al personal y que le hagan caso, esa es la grandeza, entre otras, de este señor. Ser tanto y tan admirado que se callen las bocas de los otros sabios para escucharle a uno las pastosas palabras que tenga a bien decir en ese momento. Por otra parte está la infinita tristeza de vivir en una España que sólo es capaz de ver en este señor al pelele ridículo que habla del milenarismo, que sólo conoce esta minúscula parte de un ser que debería estar consagrado entre los grandes, al que puede que un día le den el Nobel y deje a los pesebristas que nos rodean, con la boca abierta y riendo patéticos su ignorancia. Pero, díganme, qué se puede esperar de un país que cree que Quevedo es el amigo de Alatriste, ¿eh?. A mi me gustaría ser como él, llegar a poseer un nivel de erudición y de sabiduría tal, que no me alcancen los impertinentes rebuznos que la plebe lanza desde abajo. Sé que resulto clasista, elitista, y muchos más « istas » que vienen a caso, pero soy así y trás mucho reflexionar creo que no quiero cambiar. Yo quiero ser sabio, no pretendo ser rico, ni famoso, yo quiero ser capaz de separar la paja del grano, de darme cuenta de la magia que se esconde en cada esquina, de disfrutar de los detalles, de ir un poco más allá cada vez como mi genial Juan Salvador, de crecer para poder saber algún día con claridad meridiana que es eso del milenarismo. Por supuesto, me queda muchísimo camino por recorrer, aún me importan cosas como el qué dirán, el prestigio, que me publiquen un cuento o cosas por el estilo, pero por lo menos, el objetivo final lo tengo claro y bueno, eso no es poco hoy en día. A mi, que he perdido demasiado tiempo de mi vida pidiendo que se me deje hablar, me cae muy bien Arrabal. Por este instante, a mis ojos sublime y por poder mirar hacia atrás y contemplar una vida repleta de instantes intensos, una vida en la que parece que nunca ha dejado un minuto sin vivir. Sólo espero que en aquella curda monumental no tuviese nada que ver la ingesta de medicamento alguno, que fuese una apetencia de su espíritu, un me da la gana beber y bebo, un no me importa la gloria, sólo vivir como deseo vivir….Salud, Don Fernando!… »