Les quatre avatars de la modernité sont surpris que de grandes villes aient boycotté (et boycottent toujours) Dalí à cause de son testament de 1982. Comme Gaudí dont l’oeuvre a failli être brûlée. Malgré tout (sans places ni rues) Dalí prend sa dimension réelle: celle d’un classique.
A los cuatro avatares de la modernidad les sorprende que grandes ciudades hayan boicoteado (y todavía boicoteen ) a Dalí por su testamento de 1982. Como a Gaudí cuya obra se libró de la quema. A pesar de ello (sin plazas ni calles) Dalí toma su dimensión real: la de un clásico.