«Nada importa nada»
Daniel Vila: La Voz del Sur
Todos estamos hechos de freno e intensidad. Al respecto, Jack London en su Martin Eden dejó estas estimables palabras sobre los eunucos de la literatura en un pasaje memorable: «Los directores de suplementos culturales, los que reseñan libros, esos son los que quisieron ser escritores y no llevaban el fuego divino de la creación en sus venas y, por eso, vigilan celosamente las puertas de la literatura como cancerberos para que nadie de valor se cuele en ellas».
Nada es tan tragicómico como ver danzar a las marionetas representando personajes de Sófocles. No olvidemos que en el mito de Tristán e Iseo se hablaba del amor como un elixir que lleva esencias de muerte.
Para José Ortega y Gasset el amor venía a ser una invención de los poetas. Pero Fernando Arrabal quiere a la mujer. El justo desea morir de amor. Arrabal repite «Yo mismo deseo morir de amor».