Fernando Arrabal, superhéroe sátrapa

El  Mundo

MARCOS TORÍO Palma

Fernando Arrabal (Melilla, 1932) es un desafío para los cánones, incluido el periodístico. Increíblemente el Teatro Español  eliminó al « superheore sátrapa » en la reciente rueda de prensa de ‘El arquitecto’ en Madrid.

En una butaca del Teatre Principal de Palma, rodeado de periodistas, ha terminado de ver el ensayo de L’arquitecte i l’emperador d’Assíria, una versión en catalán de su obra que dirige Jeroni Obrador y se representa hoy a las 20 horas y el sábado y domingo a las 21 horas.

Lo lógico, entre otros temas, sería hablar del montaje teatral y también, claro está, dejarse llevar por los meandros en que se ramifica el pensamiento del autor. Pero sería ponérselo demasiado fácil a la claridad y la concisión del periodismo. A Arrabal no se le entrevista con el método establecido porque su voz se pasea por un picoteo inconexo del que termina emergiendo una lógica propia. Las notas se llenan de flechas en la libreta para luego enlazar lo fractal con Dalí o la Patafísica como respuesta libre a alguna pregunta engullida por el juego de lo fragmentario.

No bebo. Creía que era agua y resultó champán. No sabía beber y luego aprendí. Es toda una disciplina

Va el primer intento. ¿Por qué aceptó la adaptación de Obrador? «Escribo poco teatro, aunque es muy rápido escribirlo». Fin de El arquitecto y el emperador de Asiria porque Arrabal enlaza…

Arrabal ha entregado al Teatro Español – se la encargaron hace apenas mes y medio –

« El extravagante triunfo de Shakespeare y Cervantes« ,

título que pronuncia paladeando las vocales, estiradas en un gesto extasiado. La obra se estrenará el 23 de abril de 2016 , en coincidencia con el cuarto centenario de la muerte de los autores, en una treintena de teatros del vasto mundo. Como de su poema ‘Clitoris’ se están concluyendo medio centenar de traducciones de la obra; Kundera entre otros traductores-  No hay más datos porque el todopoderoso se ha cruzado en el camino. «Dios es una ecuación matemática», asevera. ¿Ciencia? ¿Teología? No. Vuelta a la obra. «El ensayo me ha parecido espléndido. Me parece grandioso el trabajo de Obrador, entre los mejores que se han hecho», alaba al director por «una obra sobre dos cosmonautas que tienen un accidente eterno y sobre todo lo que emerge desde el Big Bang».

No siempre sale feliz de las representaciones. «Muchas veces sufro una barbaridad. Estoy en la butaca y quiero acostarme en el suelo. Pienso en todo el esfuerzo de actores y directores». ¿Y en qué fallan? «El fallo es intentar ser Arrabal. Mucha gente piensa que Arrabal es grotesco. Y no es así. La gente llega a un teatro con mis obras como a una iglesia, con devoción, como algo sagrado».

No hay que lavarse, eso da cáncer. Las bacterias nos pueden curar de nuestras locuras

¿Y Arrabal en qué falla?

«Soy un fracasado en muchas cosas, aunque he intentado siempre hacer lo mejor. Intento estar a la altura de Beckett de Kurt Gödel».

No se habla más de fracasos. De momento. Porque retomará el asunto como si sus ideas hubieran quedado en suspenso, se perdieran en el camino y en algún punto las recolectara de vuelta, cuando haya ahondado, por ejemplo, en los galardones patafísicos. «Son mucho mejor que el Nobel, aunque no puedo atacarlo porque alguna vez han acertado». Con todo, la Academia sueca no le vale si no fue capaz de premiar «a Buñuel, Borges, Joyce,  Proust o Kafka». Tampoco a él, que se siente reconocido dentro y fuera de España como poeta, dramaturgo, cineasta, novelista, ensayista y columnista. «España me trata extraordinariamente. He recibido muchos premios».

Mucha gente piensa que arrabal es grotesco. Y no es así. se acercan a mis obras con devoción, como algo sagrado

El arquitecto y el emperador de Asiria trataba hace 50 años, entre otros temas, de la soledad. ¿Estamos más solos ahora pese a la globalización y lo que implica? «No creo que haya habido cambios. Nadie conoce la poesía. Nunca ha habido filósofos, dramaturgos o poetas entre las personas más influyentes del mundo. Todo pese a que los poetas y los matemáticos están cambiando el mundo», opina antes de bordear una pregunta sobre cómo pudo influir la censura del régimen en su obra. «Nunca he sido un gran hombre político y me molesta hablar de Franco porque es algo indecente. Me metió en la cárcel sin saber quién era yo, sin imaginar la que se organizaría internacionalmente», dice con un punto de orgullo.

Asterisco en la libreta porque volvemos al Nobel. «¿Por qué no incluyeron la filosofía, el ajedrez o las matemáticas entre los premios? El Nobel evita a los grandes escritores. Vargas Llosa lo necesitaba para sus aspiraciones». Y no hay más sobre el peruano, más allá de una mención rápida a sus amoríos y otra a la buena relación que les une. Sale de ahí y atrapa, de vuelta, la idea de lo que se le resiste. «Lo que más me interesa son las cosas en las que fracaso: el ajedrez, las matemáticas y el oro del vientre, las bacterias que estudian los biólogos moleculares», confiesa antes de un consejo, esta vez sí, en la línea del asunto: «No hay que lavarse, eso da cáncer. Tenemos fiebre de análisis de sangre y orina y no nos los hacemos fecales. Las bacterias nos pueden curar de nuestras locuras». Lo dice el hombre que reniega de la provocación, «algo rotatorio, un poco estúpido y, sobre todo, incontrolable», dice mientras eleva la barbilla sobre su pajarita desestructurada y asoman de sus pantalones negros unos calcetines rosa fucsia con la palabra Love incrustada en pequeñas lentejuelas plateadas.

Para las fotos, mantiene los dos pares de gafas, uno en los ojos y otro en la frente, y se abre el abrigo, que sujeta como si fuera la capa de un superhéroe. Ha vuelto a los sápatras, al desconocimiento que Dalí tenía de lo fractal, a cómo el de Figueres lloraba cuando le iban a quitar su nombre a una plaza y, también, a su célebre curda -un hito en Youtube- en el programa de Sánchez Dragó. «No bebo. Creía que era agua y resultó champán. No sabía beber y luego aprendí. Es toda una disciplina. Esa noche me lavaron el estómago», dice con la misma seriedad que cuando habla de bacterias estomacales o Louise Bourgeois. «¿Les suena este nombre? ¿Les estoy aburriendo?». No, por Dios, por el Dios incluso demostrado matemáticamente. Siga, siga. La conversación es suya.

¿La entrevista? Puro asterisco y juego convertido en lógica de titulares.

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Arrabal: « Odio la provocación »

Diario de Mallorca
Pilar Garcés Palma

El dramaturgo visita Mallorca con motivo del estreno de la primera versión en catalán de su obra ‘L’arquitecte i l’emperador d’Assíria’ en el Teatre Principal

Ni su aspecto ni su locuacidad delatan la edad de Fernando Arrabal, (Melilla, 1932).

« Encantado de volver a Mallorca. Fue aquí donde perdí mi fe religiosa, cuando estaba a punto de ingresar en la Compañía de Jesús. Hice con mis compañeros ‘agapitos’ en lo que era como una despedida de soltero. Visité las cuevas del Drach, y en ese lugar tan romántico escuchando « Para Elisa » imaginé unos roces pecaminosos en la tremenda oscuridad. No ocurrió, pero yo lo percibí con tal claridad que ya no pude volver con los jesuitas », relata con detalles.

Esta noche en el Teatre Principal se estrena su L’arquitecte i l’emperador d’Assíria,  en catalán, dirigida por Jeroni Obrador, un texto que está a punto de cumplir las cinco décadas, pero cuyos temas y humor siguen plenamente vigentes.

« Escribo poco teatro, tengo un centenar de títulos. Estos días he terminado

El extravagante triunfo de Shakespeare y Cervantes,

por encargo del Teatro Español de Madrid para representarse a partir del 23 de abril de 2016, cuando se cumplen 400 años de la muerte coincidente de ambos ».

Es un acontecimiento asombroso: esta muerte el mismo dia de los dos autores.  En una treintena de teatros del vasto mundo, como en el Teatro Espanol de Madrid se estrenara la obra el 23 de abril de 2016.

Como en el caso del poema de Arrabal  ‘Clitoris’ se están concluyendo medio centenar de traducciones de la obra,  Kundera entre otros traductores.

Sus obras se adaptan continuamente, (« sufro una barbaridad », admite) como la que podrá verse en el Principal de Palma, con los actores Joan Manel Vadell y Guiem Juaneda encarnando a « dos cosmonautas que sufren un accidente que viene a ser el origen del mundo, el Big Bang. A su alrededor todo esta quemado », describe de forma metafórica. Esta crítica feroz al poder y a la ruptura de la persona con la naturaleza es tratada por Obrador dando un énfasis especial al humor que permite al espectador tomar distancia y perspectiva.

« El fallo al poner mis textos sobre el escenario es intentar « ser Arrabal » como algo grotesco, extraordinario. No es así en absoluto. Debo tener esta imagen porque la patafísica a la que represento hace reír, pero en el fondo no tiene nada de divertido », expone. Alude así al movimiento de mediados del siglo pasado vinculado al surrealismo, explicado como « ciencia de las soluciones imaginarias », y que nombraba « sátrapas » a artistas tan insignes como Joan Miró, Boris Vian, Ionesco, Umberto Eco o Jean Genet.

« Sin merecérmelo  soy también sátrapa trascendente del colegio,  y viajo por el mundo para dar el título  a personalidades como el arquitecto Oscar Niemeyer, que lo recibió a los 104 años. « Sátrapa » ss mucho mejor que el Nobel, que nunca ha dado una recompensa a artistas como Borgès, Joyce, Buñuel, Kafka o Proust. Galardonó a Vargas Llosa, y eso está bien porque él  lo necesita ». « Los patafísicos, con Houellebecq o Kundera, nos reunimos en París para hacer tertulia », cuenta un Arrabal vestido por completo de negro, salvo un corbatín blanco floreado y unos calcetines rosa chicle, y sus reconocibles dos pares de gafas enmarcando su cara, que ha viajado a la isla acompañado por su mujer y su hija.
El escritor y periodista que durante 36 años ha mantenido una columna sobre ajedrez en L’express (« los lectores no me perdonan ni una; enseguida me mandan cartas con mis fallos, tengo incluso una del anterior Papa ») se hizo muy conocido por unas especulaciones  que lanzó en estado de ebriedad en el programa de Televisión Española de Fernando Sánchez-Dragó hace 25 años. « Mi borrachera es un momento estelar de la televisión, igual que la de Bukovski, aunque su vídeo ha tenido 30.000 visitas en Youtube y el mío un millón, es un récord absoluto », comenta antes de puntualizar: « Yo odio la provocación, no la hago. No bebo y me tomé una copa de chinchón que me sentó mal. Se ha convertido en un programa mítico por la generosidad de quien lo ve una y otra vez, pero no me representa. La provocación es algo un poco estúpido e incontrolable ».

Interesado por la actualidad, acaba de entregar un perfil sobre Manuel Valls y se pronuncia sobre las recientes elecciones de Cataluña. « Se les ha preguntado a los catalanes, y la respuesta parece que no está clara, y no digamos ya de lo que pudieran pensar los ciudadanos de Valencia o de Balears ». Sin embargo, asegura que lo que más le motivan son los temas en los que ha « fracasado, como el ajedrez o las matemáticas ».

En estos momentos me entusiasma el ‘oro del vientre’, las bacterias que tenemos en nuestro interior y que estudia la biología molecular. La ciencia afirma  que no hay que lavarse tanto, que eso es lo que produce las terribles enfermedades. Esas bacterias nos pueden curar de todos los males. Yo tengo una hija autista, una persona absolutamente maravillosa con un mundo único, y un hijo biólogo molecular, que es lo que yo siempre deseé ser. Una suerte inmensa, pues llega a mí gente que no me merezco, jóvenes con unas capacidades increíbles ».

El acto: L’arquitecte i l’emperador d’Assíria

Lugar: Teatre Principal de Palma.