Pingüinas o eterno Arrabal.

Publicado el 29/05/2015     por Luis Muñoz Díez (« La TARANTULA »).

“Esta aventura teatral quijotesca-cervantina-arrabalaica tiene su génesis en la doble conmemoración del Cuarto Centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote, y el año próximo del también Cuarto Centenario de la ocultación que diría Arrabal, de Cervantes”

La primera iconografía que recuerdo de Arrabal es la de él desnudo en una bizarra fotografía en blanco y negro, en la que parecía establecer un reto entre la cabeza del creador del teatro Pánico con la de su propio cipote. Pero lo verdaderamente trasgresor, es que la imagen adornaba la pared del dormitorio de la hija de un general y fiscal militar del franquismo. Desde entonces, se han meneado muchas cosas en el más puro sentido “lampedusiano” para que todo siga más o menos en el mismo sitio.

A mi entender, es casi cerrar un círculo que “Pingüinas” se estrene en La Nave del Español Matadero, bautizada con el nombre de Fernando Arrabal, un encargo con puesta en escena de Juan Carlos de La Fuente. En su estreno el autor estuvo acompañado de la ya no alcaldesa Ana Botella, demostrando que el artista anda ya, por encima del bien y el mal.

La obra “Pingüinas” es una buena vara para medir vanidades, nos ubica y recuerda que apenas somos una mota de pimienta, y al tiempo aúpa nuestra grandeza por formar parte del universo, al ser de la misma materia que el polvo de las estrellas.

Todos los átomos que componen nuestro cuerpo mortal formaron parte de ellas, por lo que nuestros actos y nuestros afanes son nimiedades ante una causalidad escrita con poca variante, y ahonda en una profunda lección de humildad ante lo efímero de nuestra existencia humana.

Arrabal baraja, corta y reparte cartas en un texto en que maneja todos los palos del imaginario arrabaliano, los clásicos, el esperpento, lo esotérico y el rito religioso de sus mayores.

La función ha de ser un homenaje a Cervantes, y toma como piedra angular para desarrollar su ficción el episodio cervantino del viaje a la luna a lomos de un caballo de madera al que animarán con aire.

El presupuesto puede sonar pueril, pero estas bravas Pigüinas, guerreras, motearas, macarras en su duda desnuda, nos soplan que no hemos evolucionado apenas aunque vivamos en una era tecnológica, porque si hemos ganado en información no hemos modificado en nada nuestro ser esencial.

El reparto femenino de “Pingüinas” al completo Foto Javier Naval

La prosa de Arrabal es hermosa, torrencial en ideas, propuestas e imágenes, que De la Fuente se afana en traducir en la escena. Una muestra muy  bella es la carta de la madre que escribe a su hijo preso, El Dios-Cervantes, y que sobrevolará la escena en forma de un hombre mudo e inalcanzable en la explicación que de sus actos da para la disertación de lo humano y lo divino. Con una construcción tan clásica como rompedora, en la que Arrabal es totalmente fiel a sí mismo y que permitirá el lucimiento de tres actrices que realizan un trabajo agotador, ya que hablan durante dos horas sin decaer en momento alguno, ellas son María Hervás, Ana Torrent y Marta Poveda, sin olvidar al conjunto de aguerridas Pinguinas, imagen de la sensualidad, del poderío procreador a las que dan cuerpo y voz Lara Grube, Ana Vayón, María Besant, Lola Baldrich, Alexandra Calvo, Badia Albayati y Sara Moraleda, y sin desmerecer a las bravas féminas, y como debajo del cielo hay un tiempo para cada cosa: también cumplen su función el gayo y las gallinas.

Juan Carlos de La Fuente no ha regateado medios y logra un espectáculo de altura, la escenografía de Emilio Valenzuela es espectacular, y como muestra no hace falta más que echar una ojeada a cualquier imagen de la función, y nuestro Dios-Ceravantes sobrevuela nuestra soledad en forma de un hombre idealizado,  hermoso, un cuerpo mudo al que pone un movimiento exacto y mágico Miguel Ángel Cazorla.

Puede que el único creador, el único Dios, sea el artista, y en este caso el dramaturgo Fernando Arrabal ha demostrado ser un soberano Demiurgo.
“Pingüinas”, de Fernando Arrabal. Dirección: Juan Carlos Pérez de la Fuente / Reparto: Ana Torrent, Marta Poveda, María Hervás, Lara Grube, Sara Moraleda, Ana Vayón, María Besant, Lola Baldrich, Alexandra Calvo, Badia Albayati y Miguel Cazorla / Fotos Javier Naval.

Naves del Español, sala Arrabal

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