¡DESTERRADOS y DECIDIDORES!
Fernando Arrabal.(Filandón – Diario de León- Cristina Fanjul Alonso)
No fue nada irrealizable… y sin mérito alguno ver a menudo Andy Warhol (allá o aquí ) ¿sin que los más se dieran cuenta de que era Andy Warhol?
No fue nada irrealizable… escribir al General Franco durante su vida.
No fue nada irrealizable… tratar a Jack Kerouac, a Jean-Michel Basquiat, a Tom O’Horgan, a Allen Ginsberg… siguiendo los consejos que me prodigó – sin conocer a ninguno- la inolvidable Madre Mercedes.
No fue nada irrealizable… preguntar en la calle 14 de NY a un policía en 1956 si su comisario me permitiría ponerle las esposas a una vanguardista bailarina que quería lucirlas.
No fue nada irrealizable… que al poeta Arroyo (co-fundador del ‘postismo’ y enfermero) el cirujano le confiara mantener mi corazón en el Hôpital Foch.
No fue nada irrealizable… que hasta su ocultación el 25-XII-63 (v) el desterrado Tristan Tzara recordara sus partidas de ajedrez con Lenin en Londres ¿Y no las de Zurich…?
No fue nada irrealizable… oír al ‘Sátrapa’ del Colegio de Patafísica Joan Miró (de la quinta y talla de Picasso) presentarse « como el marido de Pilar Juncosa ».
No fue nada irrealizable… asistir durante años a las reuniones cotidianas del grupo surrealista, sin ningún decididor, en la ‘Promenade de Vénus’ .
No fue nada irrealizable… ir a tomar un vasito de ron blanco en el trapense habitáculo de André Breton.
No fue nada irrealizable… saber que el primer pánico e hispánico que defendió en 1933 al ‘pordiosero’ Gaudí fue Dalí.
No fue nada irrealizable… escribir los primeros textos pánicos (los había mucho mejores) que alcanzaron a ser publicados por André Breton en el número 3 de la Brèche.
No fue nada irrealizable… y sin merecerlo ni remotamente ver a menudo al desterrado Marcel Duchamp (aquí o allá) ¿sin que los más le dieran el poder de decididor?
No fue nada irrealizable… que el desterrado Cioran le pidiera al poeta Benjamin Ivry (entonces en Newsweek) que generosamente publicara (como lo hizo) mi sencillo punto de vista.
No fue nada irrealizable… charlar con el desterrado Samuel Beckett en su buhardilla. ¿Más pequeña que la de Cioran? A menudo vienen a verme especuladores (¡qué insensatez!) que quisieran comprar todas sus cartas, y, con más empeño, la que envió al tribunal que me juzgó en Madrid…
No fue nada irrealizable… que al final de una de nuestras humildes deambulaciones nocturnas con el desterrado ‘Sátrapa’ Ionesco le ayudara a perfumarse la boca.
No fue nada irrealizable… recibir inmerecidamente la autorización de entrar en la mansión de Picasso (por el policía del partido a su puerta) como merecidísimamente la obtenía el famoso Dominguín.
No fue nada irrealizable… la sorprendente excusa del siempre franco desterrado Luis Buñuel cuando le propuse que subiera a ver a Piccaso (‘demasiado solitario’): « No, no vaya a ser que me muestre sus cuadros ».
No fue nada irrealizable… comprobar que la más fecunda reunión de científicos de la historia fue pagada rumbosamente por Dalí.
No fue nada irrealizable… recibir inmerecidamente los últimos correos desde Australia del desterrado ‘Sátrapa’ Simon Leys.
No fue nada irrealizable… dirigir una última película – ¿la ‘menos mala’ de mis siete largo-metrajes?- con y sobre Borges, poco antes de ocultarse.
No fue nada irrealizable… oír a Oscar Niemeyer acogerme sorprendentemente a sus 104 años en Copacabana con « ¡nos veremos en París! ».
No fue nada irrealizable… que la desterrada Louise Bourgeois comentara altruistamente cuando recibió la ‘orden’ patafísica el último año de su vida : « Me encanta que su predecesor como ‘promotor insigne’ fuera Boris Vian (… y entre los dos Ionesco) ».
No fue nada irrealizable… (sin mérito alguno por parte mía) entregar en Nueva York al desterrado Benoît Mandelbrot la ‘orden’ de ‘Sátrapa’ (por su creación de los objetos fractales), que le había concedido el Colegio de Patafísica.
No fue nada irrealizable… escribir con Catherine Millet y Michel Houellebecq, gracias a sus méritos, la soberbia « Disciplina de amor » .
No fue nada irrealizable… escribir el poema ‘Clítoris’ que inesperadamente traducirían a sus propias lenguas decenas de desterrados , y entre ellos Milan Kundera, al checo.
No fue nada irrealizable… tratar a Nathalie Sarraute, a René Magritte, a Jean Benoît, a Guy Debord…gracias a las sugerencias que recibí de niño en Miróbriga.
No fue nada irrealizable… ser defendido (encarcelado en 1966) por cinco colegas que misteriosamente alcanzarían el Premio Nobel: en 1969 Beckett; en 1977 Vicente Aleixandre; en 1981 Elias Canetti; en 1989 Camilo José Cela y en 1990 Octavio Paz.
No fue nada irrealizable…que por pura coincidencia mi hermano estudiera en San Javier con el Rey emérito… y que yo fuera por casualidad el único de mi gremio que asistiera en un patio de pueblo al acto final de curso del Rey Felipe VI … en verdad para asistir al de mi inolvidable sobrino (q.e.d.).
No fue nada irrealizable… leer la excelente línea de intuición de la mano del Rey emérito durante una cena con ministros que pensaron que … Aunque todo mi saber lo había descubierto en dos libros científicos.
No fue nada irrealizable… haber escrito varios centenares de libros ‘normales’ y más de un millar de libros ‘raros’ o de blibiofilia como muchos de mis colegas.
No fue nada irrealizable… haber escrito con los «the five lights of Chinese Art» (岳敏君 Yue Mingju, 王广义 Wang Guangyi, 王庆松 Wang Qingsong, 杨少斌 Yang Shaobin y 张晓刚 Zhang Xiaogang) 750 libros de bibliofilia… que interesan a los especuladores.
No fue nada irrealizable… asistir en minoría a la mayoría de los campeonatos del mundo de ajedrez.
No fue nada irrealizable… que me tocara escribir la página de opinión de El País durante años, o todos los domingos una página de ‘arrabalescos’ en El Mundo, o todas las semanas una crónica en l’Express… u hoy la « tercera » de ABC.
Pero fue completamente irrealizable… que los seres creativos que inmerecidamente me rodearon puedieran decidir la norma y el ritmo.
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en français
Expatriés et décideurs
par Fernando Arrabal
Ce ne fut pas du tout impossible… et sans que je l’aie mérité, de voir souvent Andy Warhol (là ou ici), sans que les autres se soient rendus compte que c’était Andy Warhol ?
Ce ne fut pas de tout impossible … d’écrire au général Franco de son vivant.
Ce ne fut pas du tout impossible… de fréquenter Jack Kerouac, Jean-Michel Basquiat, Tom O’Horgan, Allen Ginsberg… en suivant les conseils prodigués – sans qu’elle ait connu un seul d’entre eux – par l’inoubliable mère Mercedes.
Ce ne fut pas du tout impossible… de demander dans la 14e rue à New York à un policier, en 1959, si son commissaire me permettrait de passer des menottes à une ballerine d’avant-garde qui voulait les exhiber.
Ce ne fut pas du tout impossible… pour le chirurgien de l’hôpital Foch de confier mon cœur entre les mains du poète Arroyo (cofondateur du postisme et infirmier).
Ce ne fut pas du tout impossible… jusqu’à son occultation le 25-XII-63(v) pour l’expatrié Tristan Tzara de rappeler ses parties d’échecs avec Lénine à Londres. Et non celles de Zurich…?
Ce ne fut pas du tout impossible… d’entendre le «Satrape» du Collège de ‘Pataphysique Joan Miró (de la même classe militaire et calibre que Picasso ?) se présenter comme «le mari de Pilar Juncosa».
Ce ne fut pas du tout impossible… d’assister pendant des années aux réunions quotidiennes du groupe surréaliste, sans aucun décideur, à la «Promenade de Vénus».
Ce ne fut pas du tout impossible… d’aller prendre un petit verre de rhum blanc dans la minuscule et trappiste habitation d’André Breton.
Ce ne fut pas du tout impossible… de savoir que le premier panique et hispanique à défendre en 1933 le «mendiant» Gaudi fut Dalí.
Ce ne fut pas du tout impossible… d’écrire les premiers textes paniques (il y en avait de bien meilleurs) qui parvinrent à être publiés par André Breton dans le numéro 3 de la Brèche.
Ce ne fut pas du tout impossible… et sans le mériter le moins du monde, de voir souvent l’expatrié Marcel Duchamp (ci ou là), sans que les autres lui aient conféré le pouvoir d’être un décideur?
Ce ne fut pas du tout impossible… pour l’expatrié Cioran de demander au poète Benjamin Ivry (alors à Newsweeek) de généreusement publier (comme il le fit) mon modeste point de vue.
Ce ne fut pas du tout impossible… de m’entretenir avec l’expatrié Samuel Beckett dans sa chambre de bonne… plus petite que celle de Cioran ? Je reçois souvent la visite de spéculateurs (quelle absurdité !) qui voudraient acheter toutes ses lettres, et avec plus d’obstination encore, celle qu’il envoya au tribunal par qui je fus jugé à Madrid…
Ce ne fut pas du tout impossible… pour moi à la fin d’une de nos humbles déambulations nocturnes de devoir aider l’expatrié Satrape Ionesco à se parfumer la bouche.
Ce ne fut pas du tout impossible… de recevoir sans la mériter l’autorisation d’entrer dans l’hôtel particulier de Picasso (par le gardien à sa porte)… comme l’obtenait – et c’était largement mérité – le célèbre Dominguin.
Ce ne fut pas du tout impossible… d’entendre l’étonnante excuse du toujours franc expatrié Luis Buñuel quand je lui ai proposé de monter voir Picasso («trop solitaire») : « Non, des fois qu’il me montre ses tableaux».
Ce ne fut pas du tout impossible… de constater que la plus féconde réunion de scientifiques de l’histoire fut royalement payée par Dalí.
Ce ne fut pas du tout impossible… de recevoir sans mérite de ma part les derniers courriers d’Australie du «Satrape» Simon Leys.
Ce ne fut pas du tout impossible… de mettre en scène mon dernier film – le moins «mauvais» de mes sept long-métrages ? – avec et sur Borges, peu avant son occultation.
Ce ne fut pas du tout impossible… d’entendre Oscar Niemeyer me faire ce surprenant accueil à Copacabana, à ses 104 ans : «On se reverra à Paris !».
Ce ne fut pas du tout impossible… pour l’expatriée Louise Bourgeois d’altruistement commenter, en recevant «l’ordre» pataphysique la dernière année de sa vie : «Je suis ravie que votre prédécesseur au titre de Promoteur Insigne ait été Boris Vian… et entre les deux Ionesco».
Ce ne fut pas du tout impossible… (sans aucun mérite de ma part) de remettre à New York à l’expatrié Mandelbrot l’‘ordre’ de «Satrape » (pour sa théorie des objets fractals), qui lui avait été décerné par le Collège de ‘Pataphysique .
Ce ne fut pas du tout impossible… d’écrire avec Catherine Millet et Michel Houellebecq, grâce à leurs mérites, le superbe « Discipline d’amour».
Ce ne fut pas du tout impossible… d’écrire le poème «Clitoris» que, de façon inespérée, devaient traduire dans leurs propres langues des dizaines d’expatriés, et, parmi eux, Milan Kundera, en tchèque.
Ce ne fut pas du tout impossible… de fréquenter Nathalie Sarraute, René Magritte, Jean Benoît, Guy Debord… grâce aux suggestions reçues dans mon enfance à Ciudad Rodrigo.
Ce ne fut pas du tout impossible… d’être défendu (emprisonné en 1967) par cinq collègues qui mystérieusement devaient recevoir le Prix Nobel : en 1969, Beckett; en 1977, Vicente Aleixandre; en 198, Elias Canetti; en 1989, Camilo José Cela; et en 1990, Octavio Paz.
Ce ne fut pas du tout impossible… que par pure coïncidence mon frère ait fait ses études à San Javier avec le roi émérite… et que j’aie été par hasard le seul de ma corporation à assister, dans la cour d’un village, à la cérémonie de fin d’études du roi Philippe VI… pour assister aussi à celle de mon inoubliable neveu (R.I.P).
Ce ne fut pas du tout impossible… de lire l’excellente ligne d’intuition de la main du roi émérite au cours d’un dîner avec des ministres qui ont pensé que… bien que tout mon savoir ait été découvert dans deux livres scientifiques.
Ce ne fut pas du tout impossible… d’avoir écrit plusieurs centaines de livres «normaux» et plus d’un millier de livres «rares» comme bon nombre de mes collègues.
Ce ne fut pas du tout impossible… d’avoir écrit avec « the five lights of Chinese Art» (岳敏君 Yue Mingju, 王广义 Wang Guangyi, 王庆松 Wang Qingsong, 杨少斌 Yang Shaobin y 张晓刚 Zhang Xiaogang) 750 livres de bibliophilie… qui intéressent les spéculateurs ?
Ce ne fut pas du tout impossible… d’assister en minorité à la majorité des championnats du monde d’échecs… qui débutera vendredi.
Ce ne fut pas du tout impossible… qu’il me revienne d’écrire la page ‘opinion’ de El País, ou tous les dimanches une page d’‘arrabalesques’ dans El Mundo, ou toutes les semaines une chronique dans l’Express ou la troisième page d’ABC…
Mais ce fut totalement impossible… que les êtres créatifs qui m’ont entourés sans que je l’aie mérité aient pu décider la norme et le rythme.