Fernando Arrabal: « Nací en Melilla en el 32. Me hubiera gustado nacer en el Edén. Me obsesiona la bondad. Vivo en París. Magritte y Dalí me ilustraban los libros de poesía. Cuando no me dicen loco, se lo figuran. No tengo teléfono. Los koalas en las antípodas fornican al revés. »

Vocentro (Grupo de medios de comunicación, líder en prensa de información general en España), Francisco Apaolaza 15 agosto 2016.

Fernando Arrabal, hijo de un teniente fiel a la república encarcelado del que no se supo más. Su madre quiso que fuera militar. Sin éxito. Se hizo papelero.En 1941 ganó un concurso de superdotados. En el 54 viajó a París en autostop. Lo juzgaron en España por blasfemia. Fundó el grupo Pánico. En el 89 se emborrachó en la tele. Se fue a vivir a Francia. Ha dirigido siete largometrajes, escrito trece novelas, cien libros de poesía, cinco óperas y otros tantos libros de ajedrez. Vive en París sin teléfono. Y ahora presenta su última novela ‘El Circunspecto’ (editorial Reino de Cordelia).

¿Qué hace para sentirse bien?

Puedo analizar partidas de ajedrez. Me gusta estar en otra parte y en el espacio.

¿Sigue usted siendo una persona superdotada?

Yo conozco a verdaderos superdotados. Nunca hubieran recibido semejante distinción. La moral no tiene cicuta después de Sócrates.

¿Volverá a España?

Suelo volver cada vez que me invitan. A menudo. Aunque Leonardo de Vinci no encuentre ‘bicimad’ ni en Madrid.

¿Qué le dice este país?

Me dice: «Eres y serás de donde naciste». Pero los koalas en las antípodas fornican al revés.

¿Es cierto que le dijo el Rey emérito «Arrabal, tú no puedes dejar de ser español» cuando le planteó hacerse francés?

En este caso ni necesité consejos reales. Cuando a Danton le aconsejaron que huyera, aun temiendo a la guillotina, contestó: «Uno no puede llevarse su patria con la suela de sus zapatos». Incluso cuando mi pie derecho se contempla a la luna de Valencia se cree el izquierdo.

¿Dónde le hubiera gustado nacer en lugar de en Melilla?

En Edén, el lugar donde los espantapájaros en forma de Venus de Botticelli son más eficaces en primavera.

¿Se imagina siendo polígamo?

Todos soñamos con la poligamia, pero los hay que reconocen que generalmente cada hombre solo ‘consume bíblicamente’ en su vida con cinco o seis acompañantes. Prostitutas incluidas.

¿François Mitterrand le pinchó el móvil?

Imagino que contaba con oír por teléfono mis «excepcionales y numerosas orgías».

¿Podría contar aquella historia de la orgía de Dalí con las cinco lesbianas maoístas?

Sería largo de contar, sobre todo para quién ha visto el vídeo en Youtube de Christèle Jacob. Eran tiempos donde las damas y los señoritos de bien eran tan ilusos que llevaban preservativos escondidos dentro de sus calcetines.

¿Por qué todos los jefes de Estado, según usted, quieren amantes?

La amante es una especie en vías de desaparición que comparte con la esposa la fidelidad del marido. Todos quieren (todos queremos) la cursilería de ser polígamos. Todos quisieran (queremos) seducir (ligar). Incluso a una percha con sostén, con violencia ‘civilizada’. Por eso, todo donjuán es un burlador de Sevilla, un cretino. Incapaz de seducir a las cuatro novias a las que acosa hasta meterse, a oscuras y haciéndose pasar por el novio, en la propia habitación de una de ellas. Un aprendiz de violador. No sabe que la inteligencia no sirve para actuar correctamente; pero permite no actuar incorrectamente.

¿Cuándo fue la última vez que le dijeron loco?

Cuando no me lo dicen, se lo figuran. Lógico: cada vez hay más discotecas y más antidepresores.

Borrachera en televisión. Uno se deja los dedos escribiendo y después todos le recuerdan una trompa que cogió en la tele…

Qué equivocación la fama. Siglos antes de Jesucristo, un griego, para ser famoso, prendió fuego al templo de Diana en Éfeso. ¡Hay tantas dianas y tantos templos!

¿Tiene alguna obsesión?

La bondad. Que casi es impracticable. Se enreda en un sueño de vida mejor: cueste lo que cueste.

¿Cuál es el castillo de arena?

La solidaridad prescindiendo del altruismo sin fronteras.

Creo que es el único que me puede responder algo que valga la pena a esto: ¿Qué se llevaría a una playa desierta?

Un juego de ajedrez. Y un milenio: lapso de tiempo cuánticamente indeterminado.

Ahora pude decirse a sí mismo si lo desea…

… Cualquier palabra: ¡una historia de amor!