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Le circonspect d’Arrabal (Reinos de Cordelia)

…nouvel astéroïde de l’univers arrabalesque

… il nous invite, à parts égales, à rire et à penser

… nouvel vision du mythe de donjuan , entre autres démolitions

…un impétueux tourbillon de création
Juan Bolea
El Periódico 06/05/2016

 

Vuelve Fernando Arrabal a la novela (lleva escritas una docena) y lo hace fiel a su estilo, con una nueva, descacharrante y demoledora visión del mito de don Juan (entre otras destrucciones), a quien no considera sino un zángano o nulidad sentimental, amén de mediocre amante. Incapaz de concebir, más allá de su narcisismo, un gran amor.

El circunspecto (editorial Reino de Cordelia), la nueva novela del gran rebelde, personaliza la vesania antidonjuanesca de Arrabal en el personaje de un nórdico espía. Encargado de vigilar a otros nórdicos e intelectuales caballeros, dos, más tres señoras, todos ellos/as miembros del jurado del premio Nobel para la Paz. Equilibrio que uno de esos próceres, en su vida privada, no respetará, pues drogará y violará a sus compañeras de jurado, obsesionándose en particular con una, de la que, al parecer, estaba donjuanesca, canallesca, freudianamente enamorado.

Con esta perita en dulce, Arrabal da rienda a su surrealismo, la emprende con las revistas, universidades, ministerios de Cultura, con George Clooney y con Lady Gaga, echando mano, en vorágine creativa, a su erudición para recordarnos que en la Atenas de su devoción quien lo vigilaba todo era el «episkopos», término que iría evolucionando, latín por medio, hasta el más actual: «obispo». Del guiño de don Juan hemos pasado a la mirada que todo lo ve.

Arrabal hará deducir a sus corruptos personajes que espiar y observar viene a ser lo mismo que acechar disimulando para luego comunicar la información a quien tiene interés en conocerla, respetando siempre aquel viejo y servil axioma del espionaje clásico: «De aquellos de los que no se puede hablar, más vale callar».

Un homenaje a Shakespeare y Cerbantes (con be, tal como firmaba él) pone la guinda a este suflé literario que se saborea como un esperpento teatral, nuevo asteroide del universo arrabalesco, invitándonos a partes iguales a reír y a pensar.

Arrabal, genio y figura, reside en Francia desde 1963, país al que se exilió por sus múltiples problemas (incluida la cárcel) con el régimen franquista. Ha publicado centenares de obras poéticas, libros ilustrados, obras teatrales, ensayos y novelas. Sus reconocimientos, más numerosos en el extranjero que en su propio país, van desde el Premio Wittgenstein de Filosofía al Premio Nadal de Literatura.